PERICO.

Hoy estoy triste. Tenía un periquito, que se llamaba Perico, poco original pero mira así lo bautizamos. Me lo regaló mi hermano hace lo menos 11 o 12 años. No sé cuanto puede vivir un pajarito, pero mi Perico tenia ya muchos años. Y aunque os parezca una tontería o una chorrada, puesto que sólo es un pájaro en una jaula, a mi me entendía y me conocía, y le ponía música y cantaba, y cuando llegada a casa se ponía a moverse con sus patitas de un lado a otro de la barrita. Y lo cuidaba, hasta una vez cogí su jaula y lo llevé al veterinario porque me parecía a mi que se rascaba mucho y soltaba muchas plumas. Me dijo el hombre que no era nada, me mandó un spray y listo. Tambien más de una de dos y de muchas veces, me he ido a medio día a casa solo para meterlo dentro porque veia yo que hacia mucho frio o aire.

Si, me hacía compañía, hablaba con él, y bueno sí, también era un poco coñazo, en el sentido que si me iba fuera, o lo dejaba solo, y me iba con cargo de conciencia y deseando volver para ver como estaba, o me lo tenía que llevar. El pobrecito mío ha viajado mucho, que yo lo metía en el coche le ponía su cinturón de seguridad ( a la jaula, se entiende ) y ala Perico que nos vamos de paseo.

Si, mi perico. Pues como veis hablo en pasado, no, no ha muerto o eso quiero creer. Se me ha escapado, y tampoco eso exactamente. Bueno sí, se ha escapado, se ha ido.

Resulta que él se entretenía muchísimo con un invento que descubrí sin darme cuenta. Se rompió el enganche de la parte de arriba de la jaula, y se quedaba colgando claro, ahí le puse una arandela de esas de las botellas de agua, y se pasaba horas entretenido con el jueguecito. Nunca ha sido de espejitos ni cacharros de estos que venden para esos menesteres, él con su arandela se lo pasaba pipa. Así que cuando le cambiaba la jaula por una nueva, tenía que proceder a romper la parte de arriba y dejársela como la antigua.

Claro, en la parte superior quedaba un agujero, pero joder que no era tan grande, además que llevaba años!! años con el agujero. Si que es cierto que en alguna ocasión lo veía asomar la cabecita por ahí, Perico mete la cabeza pa´dentro!!, y se metía todo obediente. Pues no se porqué, ayer parece ser que se puso a indagar, y saco el cuerpecillo por el agujero, y entiendo que una vez fuera diría coño ahora no puedo meterme otra vez, y se fue. Otra explicación no le encuentro, se tuvo que salir por ahí si o si.

Cuando llegué a casa por la noche hice lo que hago siempre, salir a la terraza para meterlo dentro, y me extraño no verlo subido al enganche, porque esa es otra, se engarrafitaba al colgante ese, que no me lo explico si tenia que estar incomodo ahí subido, pues le encantaba. Así que al no verlo ahí, ni en el suelo de la jaula, ni en ningún sitio vamos, me quedé muerta. Perico dónde estas? Perico Perico….. y entonces lo vi claro, y quise pensar que estaría feliz por esos mundos, descubriendo una vida que yo siempre le he negado, descubriendo la libertad.

Y allí me quedé, de pie en la terraza, mirando su jaula vacía y con un paquete de alpiste en la mano que acaba de comprar.

No quise llorar, pero me entraron ganas. Puede pareceros absurdo, pero es un ser vivo, y tiene un corazón, y siente y padece, esa idea no me la quita nadie, era mi compañero, mi amigo, mi compañía y ahora ya no está. Y vale, siempre me he flagelado pensando que vaya vida le proporcionaba, encerrado en una jaula, sin libertad. Pero a la vez me consolaba pensando que él no había conocido otra vida, que ya nació en cautividad, que en cierta manera quizá era feliz en su jaulita. Eso me consolaba un poco.

Así que ahora estará haciendo amigos y conociendo mundo. Sólo espero que sea capaz de valerse por si mismo, que sea capaz de encontrar comida, y cobijo, y se lleve bien con otros pájaros, y que no lo miren raro y le den de lado por ser de distinto color, es azul, azul celeste, y era mi periquito. Y me lo había regalado mi hermano, y eso lo hacía aún mas especial.

Cómo se puede echar tanto de menos a una cosita tan pequeña?, que posiblemente no te entienda cuando le hablas, aunque siempre he pensado que si, que me entendía, cuando le hablaba y ponía la cabecita de lado como diciendo: qué me está contando esta?. Anoche se me iba la mirada a la mesa dónde lo ponía por las noches, y extrañaba su canto, porque cuando escuchaba la tele se ponía a gorgojear. Y esta mañana al levantarme he hecho lo que hago todo los días por inercia, ir a la cocina a por él para sacarlo a la terraza, y me he encontrado la jaula vacía, y se me ha encogido el corazón, dónde habrá dormido?, habrá sobrevivido?, estará bien?, dónde estas Perico?.

He dejado la jaula en la terraza, con la puertecita abierta, ya ya se que no va a volver, que no tienen instinto como los perros o los gatos, y que no va a ser tan bobo de volver, meterse en la jaula y cerrar la puerta. Pero es que es lo único que puedo hacer por él.

Sí, aunque pueda pareceros una tontería, hoy me siento triste y con ganas de llorar. No quiero ser ilógica, pero no puedo evitarlo, tengo ganas de llorar. Ojalá y los últimos años de su vida los pase feliz, volando en el cielo, con otros pájaros y sintiéndose libre. Ojalá.